miércoles, 30 de marzo de 2011

LA MITOLOGÍA MAYA

La civilización maya
Los antiguos mayas habitaron en el sur de México y las regiones vecinas de América Central. Podemos conocer algo de lo que fue su antigua cultura, incluyendo sus mitos, gracias a los monumentos con inscripciones jeroglíficas, en templos y palacios, que perduran en numerosas zonas.

EL POPOL VUH Y OTROS LIBROS ANTIGUOS

Las inscripciones y los códices o libros antiguos nos hablan acerca de lo que pensaban y sentían los mayas. Su tradición oral, de boca en boca, fue después recogida por algunos de los sabios y sacerdotes que sobrevivieron a la conquista española, y por algunos frailes que prepararon crónicas e historias. De los mayas quedan, entre otros textos, el Popol Vuh (Libro del Pueblo) y otros que redactaron los sacerdotes Chilames de Yucatán. El Popol Vuh es un auténtico compendio de la mitología maya.


Al igual que los pueblos de lengua náhuatl del centro de México, los mayas creían que habían existido varias edades cósmicas. Pensaban que, en cada una de ellas, los dioses, la Abuela y el Abuelo, habían hecho a los seres humanos, sucesivamente, de barro, de madera y, finalmente, de maíz. Estos últimos resultaron tan inteligentes que todo lo comprendían. Alarmados por esto, sus creadores les echaron vaho a los ojos, para que no pudieran percibir bien lo que les rodeaba.

LOS DIOSES MAYAS

Ixchel
El Universo de los dioses y sus actuaciones aparecen en múltiples relatos y representaciones:
Itzamná


Un importante dios fue Itzamná, a la vez sacerdote y sabio, inventor de la escritura y el calendario. En compañía de la diosa Ixchel, la inventora de los tejidos, actuó como dios de la medicina. Itzamná, relacionado con Kinich Ahau, ‘el señor del rostro solar’, era considerado benévolo y generoso.


Chac, el dios de la lluvia.


Chac, dios de la lluvia, aparece muchas veces en los códices y en las fachadas de templos, con su larga nariz y dos colmillos que le salen de la boca. En realidad se pensaba que había cuatro Chacs, que habitaban, respectivamente, en los cuatro puntos cardinales del mundo. En el centro de este se levantaba la gran ceiba cósmica, un árbol majestuoso.

Dios maya
del maíz

Pedro de Alvarado, iniciando la Matanza 
en las ceremonias a los dioses Aztecas.
El maíz, de cuya semilla molida habían sido formados los seres humanos, era considerado también un dios. Su efigie aparece en bajorrelieves, y estaba asimismo asociada a un día del calendario. Este dios, como Chac e Itzamná, era tenido también como benévolo.




Dios de la muer

te
Ah Puch

En cambio, a Ah Puch, el dios de la muerte, representado como una calavera con su esqueleto, se atribuía el fallecimiento de hombres y mujeres. Se decía que merodeaba cerca de los enfermos, acechándolos.


En el pensamiento maya, el Universo era una realidad divina. Por ella transcurrían, de acuerdo con las cuentas del calendario, los múltiples dioses, con cargas a cuestas. Estas eran portadoras de los destinos propios de cada periodo. Los dioses se sucedían en relevos e iban tiñendo, por así decirlo, los espacios que recorrían. De este modo, todo, absolutamente todo, estaba influido por las presencias divinas.

Ek chuah,
dios de la guerra
Aunque durante mucho tiempo se creyó que los mayas habían sido un pueblo pacífico, el estudio de las inscripciones en estelas y otros monumentos ha llevado a reconocer lo contrario. Los distintos reinos mayas se enfrentaban en frecuentes guerras, y hacían prisioneros, a muchos de los cuales sacrificaban.

Otro dios, llamado Ek Chuah, generalmente pintado de negro, era precisamente la deidad de la guerra. Siendo malévolo, a la vez protegía a los mercaderes.
Kukulkan, dios de los vientos



KUKULCÁN Y CHICHÉN ITZÁ

Los mayas veneraban también a Kukulcán, dios de los vientos y la respiración, equivalente de Quetzalcóatl para los aztecas. Los antiguos relatos hablan de su llegada a Yucatán. Allí se estableció en Chichén Itzá, una de las principales ciudades mayas, con la gente que le acompañaba. Fundó luego otras ciudades. En las pirámides de Chichén es frecuente encontrar representaciones de la serpiente emplumada (que es lo que significa su nombre).

Otros dioses con importantes funciones en el mundo eran los cuatro Bacabes. Se hallaban, como los Chacs, en los cuatro puntos cardinales del mundo. Su misión era sostenerlo para que no cayera. El Universo de los dioses mayas estaba ligado a los ritmos del tiempo y, en función de él, los seres humanos celebraban sus fiestas y rituales. Los sacerdotes tenían que escudriñar en sus códices o libros cuáles iban a ser los destinos favorables o adversos, para poder encauzar así las acciones humanas.

La conquista española, si bien alteró hondamente las creencias en ese Universo sagrado, no las destruyó por completo. Algunos santos cristianos, con sus fiestas y rituales, se integraron con los atributos de los antiguos dioses.

Una nueva mitología se formó; la misma que, en buena parte, perdura hasta hoy.


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